El primer ministro, Giuseppe Conte, quería ostentar el protagonismo que en los escasos meses de Gobierno le han quitado sus vices: Luigi Di Maio y Matteo Salvini. Encabezó en Palermo la cumbre para la pacificación de Libia, pero no se logró ningún avance.
“Nos vamos de Palermo, pero llevamos con nosotros el sentimiento de confianza para una perspectiva de estabilización de Libia. No queremos engañarnos a nosotros mismos, pero creemos que se han sentado bases importantes”, dijo Conte al cerrar la conferencia, evidenciando la falta de avances.
El fracaso quedó en evidencia cuando Turquía abandonó de manera oficial el encuentro
“Lamentablemente, la comunidad internacional no logró reunirse esta mañana. La crisis libia no se resolverá mientras algunos países estén socavando ese proceso persiguiendo sus intereses mezquinos, y Turquía abandona el encuentro con una profunda decepción”, señaló el vicepresidente turco, Fuat Oktay.
“Quiero agradecer a Italia y a su primer ministro por organizar esta conferencia, que fue un éxito”, fueron las protocolares del encargado de la ONU para Libia, Ghassam Salamè.
Participaron representantes de Libia, los presidentes de Egipto y Túnez, enviados de la ONU y otras delegaciones
Mientras en el seno de la conferencia había desencuentros y pocos avances, puertas afueras se desataban numerosas manifestaciones que denunciaban la injerencia internacional en el país africano.