Piero Grasso es un juez conocido como “antimafia” y actual presidente del Senado. El magistrado siciliano se pondrá al frente de un movimiento que nació de varias fracciones del Partido Democrático.
El objetivo es más bien modesto: obtener un 10% de los comicios en las elecciones del próximo año tras la renuncia de Matteo Renzi luego del revés que sufrió en el Referéndum que impulsó.