La Cámara de Diputados aprobó una medida "provida" que permitiría la participación de organizaciones contrarias al aborto en los consultorios médicos donde se atienden mujeres que deciden interrumpir su embarazo.
El texto de la enmienda, que fue presentado por el diputado Lorenzo Malagola, de los Hermanos de Italia de la primer ministro Giorgia Meloni, permite "la implicación de sujetos del Tercer Sector de cualificada experiencia en el apoyo de la maternidad".
Este paso ha sido interpretado como un respaldo a las llamadas asociaciones provida, quienes podrán "ofrecer apoyo y asesoramiento" a las mujeres embarazadas antes de realizarse un aborto. Sin embargo, esta medida ha generado gran controversia, especialmente entre los sectores progresistas.
Aunque la ley que legaliza el aborto en Italia sigue vigente, esta medida representa un cambio respecto a lo que sucede hasta ahora. Y es con el apoyo total de la coalición de Gobierno, que ha votado a favor de la medida.
"No hay que criminalizar a quienes están en contra del aborto", lanzó el líder de Forza Italia y vice primer ministro, Antonio Tajani. "Es correcto que cada uno se comporte según sus propias creencias y conciencia", agregó. "Entiendo que moleste a la izquierda y sus siniestras políticas de muerte", lanzó por su parte el diputado Manlio Messina, de Hermanos de Italia.
Desde la oposición, el Movimiento Cinco Estrellas calificó como "un nuevo paso atrás" a esta decisión. En tanto, Elly Schlein, líder del Partido Demócrata (PD) dijo que la medida era un "fuerte ataque contra la libertad de las mujeres". Su compañera de filas, la diputada Silvia Roggiani, calificó la medida como "vergonzosa".
Una polémica internacional
La polémica incluso llegó a nivel europeo. La ministra de Igualdad de España, Ana Redondo, cuestionó la decisión italiana por "permitir el acoso organizado contra las mujeres que quieren interrumpir su embarazo". "Es la estrategia de la ultraderecha: amedrentar para revertir derechos", agregó.
La que le respondió fue la propia Giorgia Meloni. "En varias ocasiones he escuchado a ministros extranjeros hablar de cuestiones internas italianas sin conocer los hechos. Normalmente cuando se ignora un tema se debe tener la buena costumbre de no dar lecciones", lanzó desde Bruselas.
