La huelga general prevista para el viernes 17 de noviembre, convocada por los sindicatos CGIL y UIL en protesta contra los presupuestos del Gobierno puso en pie de guerra a La Liga.
La Lega, el partido liderado por el ministro de Infraestructuras y Transportes, Matteo Salvini, ha arremetido contra el secretario general de la Cgil, Maurizio Landini, acusándolo de intentar organizar un “fin de semana largo”. Algo, dicen los leguistas, inaceptable.
El propio Ministerio que encabeza Salvini ha advertido que la protesta no debe paralizar el sector de transporte durante todo el día. Argumentan que millones de ciudadanos tienen derecho a la movilidad.
En respuesta a estos ataques, Landini denunció la “lógica arrogante” del viceprimer ministro y recordó que el derecho a la huelga está garantizado por la Constitución italiana. Afirmó que se están cumpliendo todas las leyes y que existe un diálogo abierto con la Comisión de Garantía.
La reunión con esa Comisión, que ha solicitado una revisión de la protesta, está programada para este lunes. Las delegaciones sindicales, que han convocado la huelga para el 17 de noviembre, se reunirán con la comisión para discutir el cumplimiento de las reglas. Es probable que se reajusten las horas de la huelga, aunque los sindicatos defienden su derecho a realizarla.
Stefano Malorgio, líder del sindicato de transporte de la CGIL (FILT), afirmó que la huelga ha sido convocada de manera legítima y es completamente legal, siempre y cuando se respeten los servicios mínimos y las franjas de garantía.
Además, el dirigente señaló que el ministro Salvini ha permitido tres huelgas de 24 horas en el sector de transporte desde septiembre. E incluso siete huelgas generales durante el año, todas de 24 horas, convocadas por sindicatos más pequeños.
La polémica política
La nota de la Lega ha generado polémica y aumentado la tensión en la oposición política. El Partido Democrático (PD), que viene de hacer una demostración de fuerza en Roma, ha calificado las acciones del Gobierno como “provocaciones”. Además, ha calificado la posición de Salvini como “un ataque a la vez vulgar y antidemocrático al derecho de huelga”.
La Lega ha respondido, afirmando que “el derecho a la huelga es sagrado, pero incluso el sindicato rojo debe respetar las reglas”. La situación continúa siendo objeto de intensos debates y discusiones en Italia.