El producto interior bruto (PIB) aumentó un 0,5% entre julio y septiembre. El resultado es menos de la mitad que el anterior trimestre, pero más de lo pronosticado para la economía italiana.
Según la información suministrada por el Instituto Nacional de Estadísticas (ISTAT), la subida representa un 2,6% respecto al mismo período de 2021.
“El crecimiento de la economía italiana se mantiene por séptimo trimestre consecutivo, pero desacelerándose en comparación con el segundo trimestre”, agregó en su informe el organismo.
Se trata de unos resultados más positivos que los esperados. La Oficina Parlamentaria de Presupuestos esperaba incluso un ligero descenso y otros organismos y consultoras esperaban números más cercanos a cero.
Con este resultado, el ISTAT estima que Italia crecerá un 3,9% en el total del año, lo cual es un ligero avance frente al 3,4% que había previsto en su anterior informe.
El Banco de Italia era parte de la visión más pesimista. Recientemente revisó a la baja sus estimaciones de crecimiento, y esperaba un dato anual del 3,3% e incluso del 3%, debido al contexto internacional.
Si se desagregan los datos, puede verse “una disminución del valor añadido tanto en la agricultura, la silvicultura y la pesca como en la industria, mientras que los servicios registraron un aumento”, explicó el ISTAT.
Respecto a la demanda, “hay una contribución positiva del componente interno y una contribución negativa del componente externo neto”. Es decir, se observó “un mayor crecimiento de las importaciones que de las exportaciones”, agregó.