El Instituto de Estudios Sociales Censis emitió su 54 reporte sobre el país. Por lo visto, la Italia del 2020 tiene estrés y miedo.
Consume un cuarto de ansiolíticos más que hace tres años
El 44% de sus habitantes no se siente seguro en las calles. El mismo porcentaje se declara a favor de la introducción de la pena de muerte.
Si en la última década los depósitos bancarios crecieron un tercio se debe quizás a una renuncia a invertir: los optimistas son el 14%. Dentro de ellos deben encontrarse los que prevén que de la crisis saldremos mejores: el 25%. Quien no cuenta con un sueldo público o una pensión vive, según el reporte, en “arenas movedizas”.
Además el dato es de profundizar: un tercio de la riqueza del país está en manos del 3% de italianos. Y la quiebra, en tiempos de coronavirus, se va ensanchando. Al parecer, empezando por el colegio: solamente un décimo de los dirigentes escolásticos declaró haber alcanzado a todos los estudiantes con las clases en línea.
Por algo será que la natalidad cayó por doquier y, dicho sea de paso, en el sur el doble que en el norte. Tal vez no fueron suficientes las ayudas adoptadas en el marco de la pandemia. Las recibieron un cuarto de los italianos, el mismo porcentaje que confía en los partidos.