Hasta la fecha, las medidas adoptadas por el Gobierno en la lucha contra el coronavirus no aludieron al fin de semana de Todos los Santos, tradicionalmente dedicado a la visita a los cementerios y al recuerdo de los fallecidos.
Sin embargo, distintas Administraciones locales, conscientes del peligro de contagios, emanaron reglas y prohibiciones.
Desde Sicilia hasta Trentino, en muchas localidades los cementerios quedarán cerrados o se limitará el número de accesos consentidos.
En Milán, donde no pocas son las tumbas por el COVID-19. Los cementerio cerrarán más tarde, en un municipio siciliano la visita solo no puede durar más de treinta minutos. En otro, el alcalde anunció que visitará a las tumbas en nombre de la ciudadanía.
En Calabria y en unas ciudades del Abruzzo a los que querrán acudir a los cementerios se le medirá la temperatura, mientras en unas provincias piamontesas y de la Apulia en las capillas cementeriales no se van a celebrar misas.
En cambio, el Sumo Pontífice anunció la otorgación de la indulgencia plenaria también a los fieles cuya visita a los camposantos solo será espiritual.