Gracias a una ley de 2017, sólo pagan una “tarifa plana” de 100.000 euros por sus actividades en el exterior. La mayoría son británicos, franceses, suizos, chinos y estadounidenses. Y ya son casi 800.
En total, son 784 grandes magnates los que se acogieron al régimen que impulsó el entonces primer ministro Mateo Renzi. El sistema, destinado a aprovechar la crisis del Brexit, hizo que migraran al país 99 personas en 2017, 264 en 2018 y otras 421 en 2019.
El atractivo es fuerte para los ricos que pueden ahorrarse millones de euros con este sistema
El régimen también permite que los familiares del principal aportante se sumen destinando otros 25.000 euros al fisco. Sólo deben mudar su domicilio fiscal al país.
Numerosos magnates rusos, ucranianos o chinos se acogieron al sistema. Pero también 78 británicos, 58 franceses, 32 suizos, 25 brasileños y 18 estadounidenses.
El principal requisito para entrar al programa es demostrar que se residió en el extranjero en nueve de los últimos diez ejercicios fiscales.
Algo que permitió a estos centenares de ricos mudarse al país, comprar lujosas mansiones y seguir percibiendo ingresos por su actividad en el exterior.
El atractivo para el fisco no es esta “tarifa plana”, que recaudó el año pasado 42 millones de euros. El traslado de estos grandes consumidores supone fuertes consumos en el país, especialmente de bienes de lujo.
La ley supone que eso permitirá recaudar más por efecto de los impuestos indirectos. Aunque la pandemia y la estrepitosa caída de los gastos de las familias hace difícil apreciar esas ventajas.