El papa Francisco le dedicó una parte de su ángelus del 12 de julio a Turquía. “El mar me lleva un poco lejos. Pienso en Estambul, pienso en Santa Sofía, me duele mucho”.
El 10 de julio, el Consejo de Estado de Turquía había dado el visto bueno a la conversión de la basílica de Santa Sofía en Estambul en una mezquita.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había anunciado que estaba esperando el dictamen del Consejo de Estado sobre la posibilidad de cambiar el estatus de catedral-museo que tenía la basílica de Santa Sofía de Estambul, por el de una mezquita.
El Consejo Mundial de Iglesias, también lamentó la decisión: “Al decidir convertir a Santa Sofía en una mezquita, se revierte ese signo positivo de la apertura de Turquía, en un signo de exclusión y división”
La decisión en Turquía se tomó sin previo aviso o discusión con la Unesco sobre el impacto en el valor universal de Santa Sofía
Transformar un “lugar emblemático” como Santa Sophia de un museo a una mezquita “inevitablemente creará incertidumbres, sospechas y desconfianza, socavando todos nuestros esfuerzos para reunir a personas de diferentes religiones en la mesa de diálogo y cooperación”, agrega el comunicado.