La empresa Campari está a punto de desplazar su domicilio legal de Milán a los Países Bajos. La decisión había sido tomada hace meses y aprobada en forma definitiva por parte de los accionistas en marzo pasado.
Luego, en el periodo de confinamiento, hubo una caída en el mercado de valores y se congeló todo. Cuando la sociedad mayoritaria, la luxemburgués Lagfin, de propiedad de la familia Garavoglia, decidió ejercer el derecho de opción y tanteo sobre los valores retirados, con 250 millones de euros, la operación pudo desbloquearse.
El administrador delegado, Bob Kunze-Concewitz ha anunciado: “Estamos muy felices de anunciar el éxito positivo de la ofrenda inicial” para desplazar el domicilio legal en Holanda, lo que debería realizarse dentro de julio 2020.
Este desplazamiento “no contempla ningún cambio en lo que concierne organización, gestión y operatividad empresarial, y, sobre todo, prevé que el domicilio fiscal se quede en Italia”.
La razón principal de la mudanza del domicilio legal es, según el administrador delegado, “el fortalecimiento del sistema de voto aumentado a beneficio de los accionistas de largo plazo, y por lo tanto la adopción de una estructura flexible del capital que pueda aún más soportarnos en perseguir oportunidades de crecimiento también para adquisiciones de dimensiones relevantes”.