“La aplicación de ‘contact tracing’ no tiene el objetivo de geolocalizar, sino el de reconstruir los eventuales contactos entre las personas”, ha señalado la ministra de Innovación tecnológica, Paola Pisano al referirse a la app para combatir al coronavirus en el país.
Este modelo no tiene nada que ver con el elaborado en Seúl a partir de la epidemia de MERS del 2015, que reunía datos recogidos por videocámaras de seguridad, los movimientos de las tarjetas de crédito y del GPS de los móviles para reconstruir los desplazamientos de los ciudadanos y advertirles por medio de los móviles si había un nuevo caso en su zona.
Según las palabras del epidemiólogo gubernamental Ki Mo-ran era como un oficial de policía que “daba prioridad a la seguridad en vez de a a la privacidad”.
En Italia y en Europa tal modelo no sería aplicable. La Comisión Europea ha publicado unas recomendaciones para reducir la proliferación de soluciones locales.
Los comisarios por el mercado interno, Thierry Breton, y por la Justicia, Didier Reynders, proponen “una caja de herramientas hacia un enfoque coordinado para el uso de aplicaciones por smartphones que respeten los estándares de protección de los datos de la UE”.
Los datos deberán ser transmitidos en forma anónima al Centro Común de Búsqueda para la elaboración
Hasta del 15 de abril los Estados miembros deberán desarrollar la caja de herramientas con las que organizar sus aplicaciones junto con el comité europeo para la protección de los datos.
El 31 de mayo las medidas escogidas deberán ser presentadas a la Comisión. La aplicación italiana deberá estár en línea con las indicaciones europeas.
La ministra Pisano ha declarado: “Estamos en un campo experimental que puede ayudar en contrastar el virus y al mismo tiempo puede no ser infalible”.
Después de la elección de la aplicación habrá que pasar a una fase de pruebas para evaluar su funcionamiento.
De toda manera es ya claro que tales herramientas pueden ser eficaces tan solo si las usa un número suficiente de personas, como ha explicado un ensayo de la Universidad de Oxford publicado en Science. Esto significa que el aspecto de la voluntariedad podría afectar la eficacia de la aplicación.
Sobre esta cuestión, Kira Radinsky, de la Diagnostic Robotics y jefa buscadora en la sección de big data por eBay, que actualmente trabaja en Israel contra el coronavirus, ha afirmado: “Aquí las aplicaciones y los cuestionarios online están obligatorios cuando uno es positivo, pero estamos pensando en hacerlos tales también para todos los demás”. A ver si la población italiana será dispuesta a limitar su privacidad o no.
