La aerolínea de bandera pasa horas difíciles. El Gobierno reconoció que “no hay una solución de mercado” para Alitalia, en concurso de acreedores desde mayo de 2017. El propio Presidente del Consejo de Ministros, Giuseppe Conte, confirmó esta situación, y anticipó que el Ejecutivo “estudia alternativas”.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Económico, Stefano Patuanelli, agregó que no se producirá una nueva prórroga del consorcio que administra la empresa, ya que luego de que Atlantia desistiera de continuar, “ese camino ya no existe”.
En una sesión del Senado, el funcionario explicó que “hace diez años que se viene intentando privatizar” Alitalia. Para él, la empresa “tiene una dimensión que es difícil de aceptar para el mercado”.
Por su parte, el viceministro del área, Stefano Buffagni, reconoció que el país se encuentra “ante una encrucijada” y que “ha llegado el momento de tomar decisiones difíciles” para “crear valor”.
Buffagni subrayó que Italia trata de preservar los servicios y los empleos, pero admitió que no se puede “seguir permitiendo que sea un agujero negro de las arcas estatales”
Los otros actores: empresas y sindicatos
Ferrovie dello Stato, que participaba en el consorcio con Atlantia, tampoco viene teniendo buena recepción de parte de sus posibles socios del sector aerocomercial. La estadounidense Delta ofreció participar con 100 millones de euros, una cifra ínfima para lo que requiere la compañía. Y la alemana Lufthansa no ve viable la inversión, al menos sin que se recorten 5.000 de los 11.000 puestos de trabajo de Alitalia.
Los sindicatos, por su parte, están en alerta. El secretario general de Uiltrasporti, Claudio Tarlazzi dijo estar “muy preocupado por cómo el Gobierno está gestionando este tema”. “Si vamos a hablar sólo de redimensionamiento, ya lo experimentamos en las crisis precedentes y no aportó resultados”, agregó Salvatore Pellecchia, secretario general de la Fit-Cisl.
