El primer día de agosto de 1976, el mundo se conmovía con el accidente que Niki Lauda (fallecido esta semana a los 70 años en Suiza) protagonizaba arriba de su Ferrari 312T en el circuito alemán de Nürburgring.
‘El infierno verde’, como es conocido el trazado, fue realmente un calvario para el austríaco. En la segunda vuelta, perdió el control del auto y éste se estrelló contra una de las paredes de contención provocando el incendio de la unidad.
El primero en detenerse para auxiliarlo fue el piloto italiano Arturo Merzario, quien sin proponérselo, pasó a la historia por ser quien le salvó la vida a Lauda.
Su historia
Merzario nació en Como el 11 de marzo de 1943. En el ámbito local, se destacó por ser el vencedor en dos oportunidades de la Targa Florio, en los años 1972 y 1975.
Justamente mientras conseguía su primer título en la célebre carrera, comenzaba su trayectoria en la Fórmula Uno, donde competiría por ocho temporadas.
En las 85 carreras que disputó logró tres cuartos puestos (su mejor posición), mientras que la ubicación más alta conseguida a lo largo de una temporada fue la de 12do en 1973.
El rescate de las llamas
El extintor de incendio no funcionaba y Merzario no tuvo más remedio que adentrarse en las llamas para sacar a Lauda. “No lo pensé, simplemente entré a por él en las llamas, era lo que tenía que hacer”, recordaría tiempo más tarde.
Tras el aparatoso accidente, los pilotos Arturo Merzario, Guy Edwards, Brett Lunger y Harald Ertl, auxiliaron a Niki a escapar de ese “infierno”. pic.twitter.com/sSiFDfLRW3
— Toño León™ (@antoine_lion) 21 de mayo de 2019
Además, una vez afuera, le practicó masaje cardíaco y respiración artificial. Todo ello salvo la vida del piloto de Ferrari.
“Él me odiaba en la pista, pero me amaba fuera de ella. Éramos amigos y enemigos. solo me agradeció recién en 2006”
A pesar del recuerdo de un tardío agradecimiento por parte de Lauda, hay una foto que evidencia la gratitud del austríaco.
La misma fue tomada durante un Gran Premio en Salzburgo y se ve a Lauda entregándole un reloj a Merzario. En ese momento, el austríaco le confesó que era usado y que había sido un regalo de su mujer hacia él.
Según cuentan los allegados en ese momento, Merzario lo rechazó enfáticamente por tratarse de un objeto usado y minutos después un mecánico de Ferrari le acercó un flamante Tag Heuer.
