La reciente activación de la fase 1 de la asignación ciudadana, promovida por el Movimiento 5 Estrellas (M5E) el pasado 6 de marzo, ha puesto claramente en apuros a la Lega con los ajustes y puesta en marcha de la fase 2 del Flat Tax. El impuesto a tarifa plana genera tensiones en el M5E y la Lega, lo que alimenta nuevamente los rumores sobre una evidente crisis interna.
Bastante alterado y sin medios términos se dirigió a la prensa el leguista Armando Siri, uno de los principales gestores del controvertido impuesto: el senador recrimina y critica las recientes declaraciones del Ministerio de Economía y las Finanzas, que estimó los costos estatales de la puesta en marcha de la Flat Tax en 59 millones de euro anuales, y no en 13 millones, como había presupuestado en principio la Lega.
Siri tacha los cálculos del Ministerio como “una tontería de magnitudes cósmicas”, mientras que el vicepremier Matteo Salvini declara que los numeros publicados “son una locura”.
Entre los simpatizantes de la Lega se habla ya de sabotaje, y Salvini se muestra siempre más aguerrido en sus presentaciones públicas, pasando del elogio a las provocaciones.
Por su parte, el vicepremier Luigi Di Maio, quien hasta el momento había sido bastante medido en sus afirmaciones, esta vez no esconde su desacuerdo y manifiesta que su partido no dará el brazo a torcer ni negociará con promesas “a la Berlusconi”, calificativo que no ha sido muy apreciado por parte de Salvini y la Lega.