A pesar de las muchas peticiones de que se hiciera otra prórroga a la aplicación de la Ley Lerenzin, desde el lunes 11 de marzo los niños cuyos padres no hayan presentado las certificaciones de haber aplicado las 10 vacunas obligatorias no podrán acceder a las escuelas. Los que frecuentan otras, podrán entrar, pero sus padres deberán pagar una sanción de 500 euros.
La Asociación Nacional de Directores (ANP, en sus siglas en italiano) ha declarado que desde el lunes 11 de marzo se aplicará la ley a la letra.
Siguen las portestas de los que no están de acuerdo, llamados ‘No Vax’, y se ha anunciado una manifestación para el 23 de marzo “en defensa de la libertad de cura y de la inviolabilidad del cuerpo”.
El ministro de Interior Matteo Salvini –que en su campaña electoral había usado el temario de las vacunas, como también el Movimiento 5 Estrellas– ha declarado varias veces que sería bueno volver a la ley anterior, con seis vacunas obligatorias, y ha pedido otra prórroga, la segunda después de la que concluyó en el día de ayer.
En tanto en el Parlamento se está discutiendo la posibilidad de una disposición llamada ‘obligación flexible’ que haría las vacunas obligatorias “tan solo en caso de emergencias sanitarias o de riesgo para la inmunidad de grupo”.