El acusado de asesinar a Anna Piccato confesó el delito el pasado 8 de febrero: “Yo maté a Anna. Quería robarle, después la golpeé. Perdí la cabeza”.
Después de dos semanas de silencio, ha confesado el autor del crimen de la jubilada. Se trata del albañil de 40 años Daniele Ermanno Bianco, quien el pasado 23 de enero esperó a la mujer afuera de un bar mientras esta desayunaba para asaltarla, en Barge, provincia de Cúneo.
El cuerpo de la víctima fue encontrado sin vida frente de la iglesia de San Rocco con violentas lesiones en el rostro. El arma homicida se trataría de una llave inglesa, con la cual Bianco le propinó más de diez golpes en la cara y la nuca.
Piccato solo llevaba consigo poco más de tres euros ─el cambio del café─ que, en efecto, no se encontraron. El asesino habría usado este dinero para comprar una cerveza.
La víctima de 70 años era muy conocida en todo el pueblo. Había sido exempleada de Indesit, era sindicalista de la Confederación General Italiana del Trabajo y voluntaria de la Cruz Roja.