Cléa Fernanda Máxima Da Silva y Carlo Ciccheli eran una pareja que convivía en Ponta Grossa di Maceio, en el estado brasilero de Alagoas. Una pareja normal, como tantísimas otras… o al menos eso parecía.
Sin embargo, todo cambió cuando fue hallado el cuerpo del abogado nacido en Turín, en avanzado estado de descomposición, y en la mismísima casa donde ambos convivían.
La mujer se declaró automáticamente culpable y ser la autora del asesinato de quien, asegura, la hostigaba con violencia verbal y física desde hacía ya varios meses. Pero remarcó, que no fue premeditado, sino que tuvo la oportunidad de cometerlo.
Quien lleva adelante la investigación policial es Rosimeire Vieira, quien aseguró que la mujer sufría de violencia física y psicológica de parte de su marido, quien en la noche del crimen le pidió que lo atara para un ritual de magia negra.
Según se pudo reconstruir, el cuerpo permaneció durante dos días en la habitación que compartían, pero luego Cléa lo traslado en bolsas de plástico a otro cuarto.
Aún se desconoce cómo lo mató, y sobre eso está trabajando el cuerpo forense y la policía científica. En tanto, continúa la investigación para averiguar si lo que denuncia la mujer fue realmente la motivación del crimen o si hubo un interés económico, ya que la novia de Cicchelli habría pedido dinero a la familia italiana a través de algunos mensajes telefónicos, después de matarlo.